1. Disfrutar de una enorme fiesta por cuatro días seguidos, las 24 horas, no va contigo. Eso trae mucho cansancio. 2. No te atrae la idea de que durante una fiesta, los habitantes de un pueblo dejen sus amistades a un lado, se separen en “calle arriba” y “calle abajo” y se dediquen a pelear sobre quién está dando el espectáculo más grandioso. Eso tiene un aspecto bélico que no te agrada. 3. ¿Cada calle tiene una reina, que es una de las principales fuerzas para medir el espectáculo llevado a cabo por su bando? No gracias, las monarquías absolutas se abolieron de casi todo el mundo por una buena razón. 4. ¿Además hay princesas y toda una corte que acompaña a cada reina, preparándose para algún día ocupar el trono del carnaval de su calle? ¡Vaya derroche! 5. ¿Cómo es posible que cada mañana, cada calle saque un carro alegórico distinto? Contando solamente con los cuatro días principales, eso son ocho carros. Demasiado estresante para tus sentidos. 6. ¿Cómo? ¿Que de noche cada calle se da un paseo en dos carros alegóricos únicos? O sea, ¿16 carros distintos? ¿De dónde vas a sacar el tiempo para admirar cada uno de ellos? 7. No comprendes cómo es posible que la reina y las damas de la corte usen un vestido distinto en cada desfile, extremadamente detallados y vistosos. Son más asaltos a tus pobres y agotados sentidos. 8. Y qué decir de la pollera, el vestido nacional panameño. Sólo de saber que una cuesta alrededor de 5000 dólares y que se tarda aproximadamente un año en confeccionarla, te da escalofríos. Tú prefieres no ver a alguien vistiendo algo tan caro en una fiesta sin control por toda la calle. 9. Vale que hace calor en el trópico, pero prefieres el aire acondicionado a que te rieguen como a una planta en los “culecos”. ¿Luego cómo te secarás? 10. La música en vivo no te agrada mucho, aunque sea una expresión cultural tradicional. Por eso no te interesa ver a las “murgas” sonando sus instrumentos ni a las “tunas” entonando sus canciones mientras siguen a sus reinas en los desfiles. 11. Crees firmemente en que los espacios personales hay que respetarlos y no te agrada la idea de que los locales se te acerquen y entablen una conversación contigo de la nada. ¿Qué será lo siguiente, que quieran ser tus amigos? 12. La comida callejera te parece muy peligrosa. No comerías por nada del mundo un sancocho de pollo o unas frituras en una fonda, por más que haya una fila enorme de locales esperando su turno. Este artículo se publicó originalmente en febrero de 2016 en Matador Network .
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